A mi perro Curro le gusta pasear por el parque a primera hora de la mañana. Me levanto
a las seis de la mañana en los días laborables para acompañarle al parque antes de ir a
trabajar. Siempre me espera sentado a la puerta de mi habitación con gran impaciencia,
aguardando a que me levante.
Cuando llegamos al parque, acostumbro a quitarle la correa para que pueda correr
libremente, ya que a esas horas no hay nadie a quien pueda molestar. El se pone muy
contento y durante un rato se dedica a explorar el parque con gran curiosidad.
Transcurrido un cuarto de hora, regresa al banco donde yo lo aguardo sentado y
entonces jugamos un rato con la pelota, yo se la lanzo y él me la devuelve. Después
regresamos a casa y yo marcho a trabajar y él se queda feliz tumbado en su colchón.